Inicio / Actividades / 2019 / abril / 08 /

PDF.

Resumen: Contra la idea de que las teorías científicas pueden servir para hablar de lo que realmente hay (la genuina estructura del mundo o las entidades que realmente pueblan o constituyen el universo), se defiende una interpretación no realista de las teorías científicas según la cual las teorías no sirven realmente a dicho propósito, sino que su función es construir modelos y postular entidades idealizadas con el objeto meramente de dar cuenta de los fenómenos y extraer inferencias acerca de lo observable. Se argumenta que dichos modelos y entidades, en tanto que poseen propiedades que los objetos concretos materiales, los únicos susceptibles de estar dotados de realidad espacio-temporal, no pueden realmente poseer, solo pueden ser objetos abstractos. Se defiende esta postura no en un sentido platónico, sino artefactualista, cercano al defendido por Thomasson para los personajes de ficción. En la línea de Carnap y algunos de los defensores de la llamada "ontología neo-carnapiana", como la propia Thomasson, se argumenta que los compromisos ontológicos de las teorías científicas se pueden tomar en un sentido deflacionario o internalista (como respuestas a cuestiones internas más que externas, en la acepción carnapiana de esta distinción). Según esto, los referentes de los términos teóricos (y también los modelos y otros componentes de nuestras teorías, así como las teorías mismas) se pueden entender como objetos abstractos individuados en términos de la posesión de las propiedades que las teorías les atribuyen (se apela a la teoría axiomática de objetos abstractos de Edward Zalta y a la distinción entre codificación y ejemplificación de propiedades para articular esta idea) y sobre los cuales nuestras teorías cuantificarían pero no de un modo necesariamente platónico o realista. En la opción mantenida aquí, nuestros objetos abstractos no tienen poderes causales ni un carácter espacial, pero sí tienen un carácter temporal y dependiente de ciertos objetos concretos. Además, se deja abierta la posibilidad de que exista una cierta correspondencia (aproximada) entre objetos abstractos y objetos concretos. Finalmente, se contrasta esta manera de entender la ontología de la ciencia con otras posiciones relevantes (platónicas, ficcionalistas, nominalistas, etc.).

Publicado el 25 de marzo de 2019